Últimamente cuando comienzo con un cliente me suelo topar con dos extremos en cuanto a su motivación, aquellos apesadumbrados que creen que el planeta entero se ha confabulado contra ellos, y por otro lado quienes han tenido sobredosis motivadoras, y creen que si saltan de un rascacielos sin duda volarán, porque así lo han oído, sólo tienen que creer en ellos mismos, jajaja.
Pero como casi todo en la vida, ni el mundo está en contra de uno, y seguramente habrá que analizar la situación de ella, empresa y su mercado, y tomar las medidas contingentes pertinentes, algo que me preocupa en los últimos años, todo el mundo puede hacer cualquier cosa, y prácticamente sin esfuerzo.
Es rotundamente mentira, cada uno de nosotros tenemos ciertas virtudes, y la clave es saber aprovecharlas, me canso de explicar a un cliente que quiere copiar algo que hace el vecino, porque a él le va bien, pero quizás trabaja desarrollando sus mejores cualidades las cuales tú no cuentas con ellas.
Por otro lado, estos mensajes sin sentido nos camuflan el esfuerzo que siempre va detrás del éxito, este esfuerzo es la preparación, la formación necesaria, las horas de trabajo.
En mi etapa en el mundo del deporte, donde el talento tiene un gran peso a esos niveles, eras consciente de que esos jugadores habían encontrado la actividad que mejor se adaptaba a sus fortalezas, pero el esfuerzo siempre estaba por detrás de su éxito.
Un cliente y amigo, me explicaba cómo surgió su empresa. Por resumir, tuvo un análisis muy sintetizado, necesitaba cubrir unas necesidades económicas, él tenía unos conocimientos específicos en un segmento, pero sabia que tenia dos opciones, o bien formación para upgrade de su nivel académico y así poder optar a un puesto que siendo trabajador por cuenta ajena sufragase esa necesidad, o bien arriesgar patrimonio y tiempo y crear una empresa, que se diferenciase con su saber hacer. El resultado con esfuerzo y dedicación, y sobre todo imprimiéndole su personalidad fue y es un éxito rotundo.
En definitiva, analiza que es lo que mejor sabes hacer, cuáles son tus fortalezas, no te conviertas en locutor de radio si no te gusta hablar, por mucho que la taza del desayuno te diga que eres capaz, y aplica el esfuerzo de que es mucho mas llevadero cuando te gusta lo que haces. Y por supuesto, si necesitas formación fórmate, nunca está de menos.
Y ante todo, rodéate de los mejores profesionales que puedas hacerlo.
