Cada jornada es una entidad singular, poseedora de una posibilidad única e irrepetible.Recuerdo las palabras de un millonario que una vez indagó a su asistente sobre si un millón de euros le traería mayor felicidad. Ante la afirmativa, le planteó otra cuestión: ¿renunciaría a ese millón por perder la capacidad de despertar al día siguiente? La respuesta negativa del asistente reveló una verdad profunda: esos días que a menudo subestimamos tienen un valor incalculable, superando incluso el de un millón de euros. Entonces, aceptemos el desafío de un punto de partida; el primero de enero parece un buen momento. Pero lo crucial es dar ese primer paso. No importa si es un paso lento, una carrera o incluso un pequeño retroceso, lo importante es avanzar y, sobre todo, disfrutar del camino. Puede sonar a mero optimismo verbal, pero en la consistencia de nuestros actos cotidianos se encuentra el verdadero camino hacia la felicidad.
PATXI SÁNCHEZ
Director y Consultor Comercial y Estratégico