Please enable JS

El arte de la paciencia

Mi blog

Recuerdo que un gran profesor de máster hacía hincapié en la figura del comercial como un gestor del “no”, añadiendo que no cualquier persona era capaz de encajar varios “no” a diario sin rendirse, afirmación que comparto. Pero yendo un poco más allá, es una cualidad que considero una gran fortaleza de aquellos que saben relativizar también la importancia de un mal gesto, una mala palabra o cualquier actitud que, en un momento dado pueda proferir una persona hacia ti.

Relativizar algo que seguramente sea una acción puntual, calificándolo como un hecho aislado, (pues entendemos que no es su postura habitual, sin tolerar las faltas de respeto) para mi es de un gran valor.

Hoy en día vivimos anclados en la indignación constante cada vez que algo no es como nuestro criterio entiende que debe ser, cuando alguien comete un error, tienen una manera diferente de hacer las cosas o simplemente posee una forma de expresarse que quizá nos ofenda.

Creo importante elevar las miras buscando los objetivos de nuestra interactuación con esa persona, pues si es de nuestro entorno, deberíamos circunscribir el hecho a una situación puntual, y si no pertenece a él, seguramente nunca más interactuaremos, por lo que su actitud no es nuestro problema.

Creo que, aplicando este punto de vista no solo gana a quien “perdonamos”, sino que ganamos todos.

Por todo ello, mi recomendación es tratar de forjar una “piel un poco más dura”, no malogrando relaciones humanas, a veces duraderas, a cambio de un mal detalle.

Conceder oportunidades y ser benevolente con los demás es ser benevolente contigo mismo, lo cual siempre es positivo.


OTROS POSTS